La compleja actividad que desarrolla el Administrador de Fincas y los conocimientos técnicos, jurídicos y económicos que pone en práctica para realizar una eficaz gestión hacen de él un elemento imprescindible para el buen funcionamiento de una comunidad de propietarios.
La función del administrador de comunidades consiste en velar por el buen régimen de la finca, sus instalaciones y servicios, administrando con eficiencia sus recursos y asesorando a la comunidad para intentar lograr una óptima gestión.